Asistí a mi primer curso de pan hace ya unos años. Fue con Vanessa Kimbell en su escuela Sourdough School, un lugar precioso enclavado en mitad del campo británico. Recuerdo que llegué la primera al curso y Vanessa estaba amasando pacientemente. Mi acento extranjero era más que evidente, lo cual dió pie a una pregunta del tipo “¿qué hace una chica como tú en un sitio como éste?”. Mientras llegaba el resto de mis compañeros le conté cómo una chica española había terminado en un curso de pan en mitad de las Midlands. Ahora, de vuelta a mi Elda natal, me encuentro en el lugar de Vanessa, transmitiendo a la gente el placer de hacer pan en casa.
A ese primer curso siguieron otros y seguirán otros más. Cada uno de los cursos me ha dado la oportunidad de conocer la realidad de cada profesional, sus métodos y trucos, su buen hacer y sobre todo, su pasión. Me gustaría aprovechar mi primera entrada en el blog para dar las gracias a todas esas personas que me han ayudado a llegar hasta aquí, desde esos profesores que han compartido con gran generosidad sus conocimientos a los amigos, familiares, conocidos y desconocidos que me han dado impulso con sus ideas, trabajo, críticas y ánimos. Todos ellos saben bien quiénes son y por ello no necesito nombrarlos.
Bienvenid@ a mi blog!